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Experimentación animal en España: un proceso estrictamente regulado y centrado en el bienestar de los animales

El programa de RTVE “Objetivo Planeta” ha analizado la situación actual de la experimentación con animales en España y los procesos que se siguen a la hora de dar luz verde a estos proyectos, así como el control realizado por parte de las autoridades.

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La investigación animal juega un papel fundamental en el conocimiento de los mecanismos biológicos que están involucrados en las enfermedades y en el desarrollo de los tratamientos médicos. Sin el uso de animales no dispondríamos de la mayoría de las medicinas, antibióticos, vacunas y técnicas quirúrgicas que se aplican en la actualidad en los campos de la medicina humana y veterinaria. 

Los animales se utilizan en muchos laboratorios y de formas muy diferentes. Se trata de un tema delicado y sensible, pero los investigadores que los utilizan aseguran que la experimentación con animales está estrictamente regulada por ley, tal y como informan en el programa. El programa “Objetivo Planeta” de RTVE ha puesto el foco en la situación actual de la experimentación con animales en España.

En el año 2022 se utilizaron en nuestro país 1,1 millones de animales (de estos cerca de 400.000 fueron peces y alrededor de 700.000 roedores de los que el 90% son ratones) en el campo de la experimentación, de acuerdo con los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. “Tenemos una legislación muy estricta que no permite ni el uso de perros ni gatos vagabundos. Todos los animales que pueden utilizarse en experimentación tienen que haber sido criados para ello”, explica en “Objetivo Planeta” Lluis Montoliu, investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y vicedirector del Centro Nacional de Biotecnología (CNB). Montoliu es además vocal de la Comisión COSCE de Estudio del Uso de Animales en Investigación Científica, a cuyo acuerdo de transparencia está adherido AseBio.

En el caso de los primates afirma que “se utilizan unos 600-700 primates para validar vacunas que luego se probarán en humanos. Estos primates también han sido criados específicamente para ello y son proporcionados por empresas que se dedican a esta labor. Los perros y los gatos también se utilizan. Por ejemplo, los perros son muy importantes a la hora de validar terapias génicas para enfermedades raras metabólicas. Una vez se han probado en ratones tienen que probarse en otro modelo animal antes del ensayo clínico con humanos”, explica Motoliu.  

Uno de los puntos sobre el que el investigador del CSIC incide durante su participación en el programa es que no está permitido utilizar animales para validar cosméticos o perfumes. “Está prohibido desde el año 2013 en Europa usar animales para validar ingredientes de cosméticos o los propios cosméticos, ya sean fabricados en Europa o exportados”. 

A lo largo del reportaje somos testigos de un recorrido a través del Centro Nacional de Biotecnología para conocer de primera mano cómo se desarrolla la experimentación con animales y la situación de estos. Puede verse cómo cada uno de los animales está identificado de forma individual (los 20.000 ratones con los que se trabaja en el CNB) y se efectúa una supervisión diaria de estado de cada uno de los animales. “Tenemos que garantizar que tienen un bienestar animal a través de su enriquecimiento. Un animal bien tratado es un animal que va a dar unos resultados adecuados en investigación. Un animal estresado puede ofrecer resultados que no tengan nada que ver con el experimento”, matiza Montoliu. 

“Sin proporcionar un correcto modelo animal a los investigadores no se puede hacer ciencia”, expone Ángel Naranjo, jefe del Animalario del CNB y del Bienestar Animal. En este sentido Montoliu declara que “en España lograr la aprobación para trabajar con animales es muy complicada. Primero tenemos que exponer qué es lo que queremos hacer y después argumentar que no hay otra manera de resolver el experimento que no sea utilizando animales. Porque, si la hay, si existen métodos alternativos que me permiten no utilizar animales, tengo que utilizarlos porque eso es lo que nos dice la ley”, asevera. 

Un proceso enmarcado en una rigurosa legislación centrada en garantizar el bienestar de los animales utilizados en experimentación, tal y como comparte en “Objetivo Planeta” Mario Mellado, investigador del CSIC y director del CNB. “Todos los centros que tienen animalarios son responsables últimos de lo que sucede, incluidos todos los procedimientos, vigilar que todo el mundo tiene la garantía y certificados de que pueden trabajar con animales y poder responder así al organismo competente que, en este caso, es la Comunidad de Madrid”

“Nosotros declaramos para cada procedimiento, que previamente tiene que ser autorizado, el número de ratones que se van a utilizar con una estadística basada en bibliografía para justificar que son los números que necesitas y, una vez que se ha aprobado, la Comunidad de Madrid puede venir en cualquier momento ya que realizan inspecciones regulares”, añade. Un proceso extensible a todos los animales que se utilizan en experimentación.

En la actualidad, existe una directiva europea del año 2010 que se ha traspuesto a nuestro ordenamiento jurídico. Contamos con un Real Decreto de 2013 que regula todo de una forma estricta. “No podemos utilizar animales si no tenemos los permisos adecuados tras argumentarlo. Tenemos que pasar hasta tres comités distintos en los que tenemos que explicar porqué seguimos utilizando animales y porqué no podemos utilizar métodos alternativos porque si hay alguna manera de evitar el uso de animales es que debemos no usarlos. Tenemos que reemplazar los animales por métodos alternativos, tenemos que reducir al máximo su uso para utilizar el mínimo que nos permita sacar conclusiones y tenemos que refinar, es decir, emplear los métodos más actualizados para siempre preservar el bienestar animal”, concluye el reportaje Montoliu.