La biotecnología, una industria que marcará la diferencia tras la COP 27
AseBio organiza un biodesayuno para hablar de las principales conclusiones de la cumbre y del Green Innovation Forum y ver los pasos a seguir para posicionar mejor nuestra industria en la Agenda 2030.
Puedes ver la charla aquí.
La semana pasada, la población mundial superó los 8.000 millones de habitantes y todos sabemos que Europa ha vivido este año el verano más caluroso desde al menos 1880. “Hemos vivido en un modelo de economía extractiva basada en los combustibles fósiles que está esquilmando los recursos naturales de la tierra y generando emisiones de gases de efecto invernadero que están acelerando el cambio climático y por efecto domino, la producción de alimentos”, ha recordado Ion Arocena, director general de AseBio, al inaugurar el biodesayuno que ha organizado la asociación para periodistas y socios con el objetivo de debatir sobre las principales conclusiones de la COP27 y del Green Innovation Forum que celebramos en Mérida el pasado jueves.
Cerca de 200 países se han reunido en la COP27 y hemos visto que esta cumbre ha dejado un “sabor agridulce”, porque, aunque se han avanzado en algunos temas, otros cruciales se han quedado parados… De hecho, el comunicado de la Comisión Europea que resume las conclusiones de la COP27 empieza así: “La COP27 supone un pequeño paso hacia la justicia climática, pero se necesita mucho más para el planeta. Hemos tratado algunos de los síntomas, pero no hemos curado al paciente de su fiebre”. Sin embargo, en medio de las alarmantes advertencias en torno a la cumbre de este año, todavía hay optimismo en que los esfuerzos en curso para aliviar la crisis climática marcarán la diferencia. Desde el Foro Económico Mundial han destacado las claves para afrontar los retos y una de ellas es la biotecnología.
Nuestra industria permite mejorar la producción primaria: cultivos más productivos y adaptados a las nuevas condiciones climáticas; conseguir alimentos más sostenibles, nuevas fuentes de proteína y energía y una economía basada en materias primas renovables y bioproductos. “La biotecnología ya está presente en nuestro día a día con soluciones concretas”, ha insistido Arocena apoyado por todos lo ponentes de la jornada que han contado todas las soluciones en marcha o ya disponibles en el mercado.
La cesta de la compra
Nuestra cesta de la compra está cambiando. Los precios de los alimentos ya estaban subiendo antes de la guerra en Ucrania debido a los problemas provocados por la covid-19 en las cadenas de suministro, a las tendencias de desglobalización y al encarecimiento de los costes de producción. Fran García, director de Comunicación de Tebrio y a Bosco Emparanza, CEO de MoaFoodtech, han contado sus avances para ir hacia una alimentación del futuro más sostenible y, sobre todo, suficiente para toda la población, y confían en que en los dos próximos años veremos cambios sustanciales en nuestra alimentación diaria. Según los cálculos, el uso de proteínas alternativas representará el 11 % del total en 2025.
“La industria sabe los retos que hay. Es muy consciente del problema y todos estamos trabajando en ello. Nosotros recuperamos los subproductos que deja el proceso de desarrollo de la pasta, por ejemplo [y entre otras cosas], para hacer todo tipo de productos alimentarios como carne, pesto para pasta, salsa boloñesa…”, ha comentado Emparanza. A esto se ha sumado García confirmando que los insectos tienen un potencial evidente que va mucho más allá que el consumo humano (alimentación, biofertilizantes, etc). “Hasta ahora el consumo de insectos es muy pequeña y local. Nosotros lo estamos transformando en industria para que se introduzca en toda la cadena alimentaria”, ha concluido el experto.
La presión sobre nuestros suelos
Pero la disponibilidad de alimentos también depende de nuestros suelos que hoy sufren una presión sin precedentes. La superficie agraria útil de España (SAU) supone más de 23 millones de hectáreas, es decir, casi la mitad del territorio español. También podemos ampliar nuestro prisma y recordar que el 38% del suelo mundial está ahora bajo explotación para alimentarnos. “En cinco segundos se erosiona una superficie equivalente a un campo de fútbol”, afirma Miguel Rodriguez-Villa, vicepresidente y responsable de la Estrategia Global de la Agroindustria de Algaenergy. Las microalgas tienen un potencial para proteger dichos suelos y regenerarlos, así como desarrollar biofertilizantes y bioestimulantes para mejorar la calidad de las cosechas y acelerar la producción.
Para Richard Borreani, director de Asuntos Públicos y Sostenibilidad de Bayer, las claves para proteger nuestros suelos e ir hacia una agroalimentación más sostenibles son: la ciencia, la innovación y la tecnología. “Aportamos soluciones para que los agricultores puedan hacer frente al desafío de alimentar a una población en constante crecimiento respetando nuestro planeta”, explica.
El coste de la energía
En estos tiempos revueltos también vivimos una crisis energética que ha disparado la factura y que, por efecto dominó, ha puesto el foco en la urgente necesidad de tener alternativas como energías renovables o bioenergías. Paz Gómez, responsable de Bioenergía y Biorrefinerías de AINIA y Pedro Palencia, director de Relaciones Institucionales de Segidas (Asociación Española de Gas) han debatido sobre el futuro del sistema energético y sobre el alto potencial del biometano de cara al consumidor.
El biometano es una de esas alternativas ya puede ser aprovechado como sustituto del gas natural, según ha explicado la experta de AINIA, tras un adecuado proceso de acondicionamiento. "La normativa nacional de requisitos técnicos para inyección de biometano en red de gas ya se ha desarrollado", ha apuntado. A corto plazo, de aquí a 2030, "la velocidad con la que llevemos a cabo la descarbonización puede también ser mayor, conforme seamos capaces de implementar tecnologías maduras, así como aprovechar las infraestructuras existentes, tales como la red gasista", ha indicado.
El año pasado la demanda de gas natural fue de 378 Twh, por lo que Palencia cree que el potencial máximo sería de una sustitución del 43% del consumo actual con una alternativa descarbonizada (como el biometano) que no exige cambios en los aparatos de consumo, que permite generar una energía km0 y competitiva a los precios actuales del gas natural y que mejorará la posición negociadora y la seguridad de suministro. Hace un año, teníamos solo una planta de biometano, ahora tenemos cuatro más. Esto dice mucho sobre la visión a futuro”, ha concluido Palencia con optimismo.
Por todo el potencial que tiene la biotecnología, con un impacto en 13 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, desde AseBio somos coordinador nacional del Pacto Climático Europeo que cuenta con más de 130 embajadores por toda España que trabajan para concienciar a la sociedad del impacto que tenemos sobre nuestro planeta. Este foro es un paso más. Ha reforzado nuestro compromiso con la sostenibilidad y hemos dejado claro que nuestra industria es la herramienta clave que debe acompañarnos hacia la transición verde o, en otras palabras, “hacia un crecimiento sostenible y resiliente”.