Financiación, ecosistema sólido y regulación, asignaturas pendientes de España para el impulso real de la bioeconomía
La situación de la bioeconomía en España ha sido analizada en el debate patrocinado por el proyecto europeo ShapingBio en la quinta edición del Green Innovation Forum.
En un contexto de crisis climática la Comisión Europea ha destacado el importante papel que juega la bioeconomía para impulsar el desarrollo sostenible, reducir la dependencia de los recursos fósiles y fomentar la economía circular en el continente. Bruselas considera la bioeconomía como una de las vías para alcanzar las metas fijadas en el Pacto Verde Europeo y, además, aumentar la competitividad de la Unión Europea y posicionarla como líder en la transición hacia un futuro más verde y autosuficiente.
Al igual que sucede en otros sectores innovadores, la colaboración y la transferencia son fundamentales para el desarrollo de la bioeconomía. En este sentido, la fotografía que observamos de España muestra importantes retos que deben abordarse como la financiación, la falta de un ecosistema sólido que fomente su desarrollo a nivel nacional, y la regulación. Desafíos sobre los que un nutrido grupo de expertos ha debatido en la quinta edición del Green Innovation Forum celebrado el pasado 19 de noviembre en Pamplona (Navarra), en la mesa organizada de la mano del proyecto europeo ShapingBio, del que AseBio es socio.
Organizado por AseBio, y el Gobierno de Navarra a través de la sociedad pública Sodena, el Green Innovation Forum esta cita referente para el sector biotecnológico reunió en el Palacio de Congresos Baluarte a más de 200 profesionales para analizar las oportunidades que puede ofrecer la biotecnología como herramienta clave en la transición hacia un modelo económico más sostenible, neutro en carbono y más verde.
“Navarra ha sido considerada una Región Valle de Innovación por la Nueva Agenda Europea de Innovación, por la colaboración entre regiones para abordar desafíos comunes y aprovechar oportunidades de crecimiento. En este marco Navarra está liderando el proyecto European Circular Innovation Valley, con 9 territorios que suman 17 regiones, con estrategias de especialización y retos comunes, como la innovación en la economía circular vinculada con la bioeconomía”, ha comenzado señalando Montse Guerrero, Subdirectora general de Sostenibilidad y Economía Circular de Sodena. “Otro ejemplo a destacar es el nuevo plan empresarial de biología sintética que está promoviendo el Gobierno de Navarra, y coordinado por Sodena, que generará oportunidades de colaboración en un campo con gran potencial de crecimiento en los próximos años y que tiene como objetivo convertir a Navarra en una de las regiones líderes en este campo, impulsando un ecosistema empresarial innovador, sostenible y colaborativo que promueva el desarrollo económico, el avance científico y la mejora de la calidad de vida”.
Bioeconomía en España está en fase de crecimiento y consolidación
“La bioeconomía en España se encuentra en una fase de crecimiento y consolidación, con iniciativas importantes en sectores clave como la energía, la agricultura, la alimentación, y la gestión de residuos. La conciencia sobre la importancia de la bioeconomía está en aumento, pero aún existen grandes áreas de oportunidad en términos de inversión y desarrollo en la valorización de subproductos a productos de valor añadido”, explica Goizeder Barberena, Business Development de CENER BIO2C. Desde el punto de vista de los centros tecnológicos ha situado la financiación como uno de los principales retos para impulsar proyectos de colaboración en bioeconomía “ya que muchos de ellos requieren altos niveles de inversión para I+D y fases de demostración a gran escala”.
Por su parte Carlos Ignacio Franco, Asesor Técnico en CDTI, ha señalado que la bioeconomía en nuestro país “tiene gran relevancia como un ámbito estratégico de cara a promover un modelo económico más sostenible y competitivo”. Un modelo, basado en el uso de recursos biológicos renovables (como los residuos agrícolas, forestales y marinos) que busca generar productos de alto valor añadido, desde alimentos y bioenergía hasta bioproductos y biotecnologías avanzadas. “La Unión Europea ha impulsado esta transformación con políticas y financiación que buscan que los Estados miembros desarrollen modelos de economía circular y reduzcan la dependencia de los recursos fósiles. En consonancia con esa aproximación europea, España cuenta desde 2017 con una Estrategia Nacional de Bioeconomía, así como diferentes estrategias regionales de bioeconomía y de impulso de la economía circular”, ha añadido Franco.
España necesita una red de centros de transferencia de tecnología en bioeconomía
“La bioeconomía requiere una colaboración estrecha entre los sectores público y privado”, ha aseverado Goizeder Barberena. “Es fundamental fomentar la colaboración entre centros tecnológicos y de investigación, como CENER, y el sector empresarial. para transformar residuos en productos de valor añadido, como biocombustibles y bioproductos, que abarquen desde escalas de laboratorio y piloto y que lleguen hasta escalas demostrativas como lo hacemos en nuestra biorrefinería, CENER-BIO2C, para poder llevar conjuntamente estas tecnologías al mercado”. Un objetivo para el que ha enfatizado que “es necesario fomentar una cultura de colaboración para que los proyectos no queden aislados y puedan contribuir al avance del sector en su conjunto”.
En cuanto a los principales retos en materia de colaboración Carlos Ignacio Franco ha señalado como asignatura pendiente el fortalecimiento de los ecosistemas de innovación relacionados con la bioeconomía, además de la necesidad de impulsar la coordinación y cooperación tanto entre las comunidades autónomas, como entre estas y la Administración General del Estado. “Se deberían impulsar mecanismos y espacios de encuentro, trabajo en común y cooperación en los que participen los principales agentes del ámbito de la economía: sector público, empresas y la investigación, así como la sociedad civil”, ha recalcado.
Estrategia Española de Bioeconomía: a la espera de su implementación desde 2015
A nivel regulatorio y político nuestro país cuenta con la Estrategia de Bioeconomía Integral desde el año 2015. Esta incluye a todos los sectores importantes de la actividad económica de la Unión Europea, y sus objetivos principales son promover tanto la innovación pública como privada en el campo de la bioeconomía y así, satisfacer la demanda de nuevos productos a la vez que sitúa a nuestro país en una posición competitiva. Pero la realidad es que la referida estrategia no ha evolucionado y no ha logrado tener un impacto significativo. La mesa ha coincidido en que, para impulsar realmente la bioeconomía en España, es necesario profundizar a nivel operacional en esta estrategia sobre la que Carlos Ignacio Franco ha recordado que “no ha sido implementada suficientemente ni se ha aprovechado todo su potencial”.
En este sentido, ha expuesto algunos aspectos clave sobre los que se debería trabajar como son el sector agroalimentario (somos el país agrícola más importante en la Unión Europea y este sector juega un papel crucial para la bioeconomía); biotecnología e innovación (hay que aprovechar el importante crecimiento experimentado en España por la biotecnología aplicada a la bioeconomía); trabajar con un enfoque en economía circular y la sostenibilidad (la bioeconomía se integra con la economía circular en proyectos que buscan reducir residuos y transformar subproductos en recursos útiles); y no dejar de lado el sector forestal dada la gran superficie con la que cuenta nuestro país. Además, Franco ha puesto de relieve el papel de la bioeconomía como impulsora del desarrollo rural y la creación de empleo.
“Es crucial mejorar la inversión en investigación aplicada y en el desarrollo y la comercialización de nuevas tecnologías de transformación de biomasa y subproductos, así como fomentar incentivos fiscales para empresas que inviertan en bioeconomía, facilitando de esta forma la viabilidad de los proyectos y la implementación de tecnologías innovadoras a escala industrial. También es fundamental promover la educación y concienciación pública sobre la bioeconomía y su papel fundamental para conseguir la sostenibilidad”, ha concluido Goizeder Barberena.